martes, 20 de mayo de 2008

ROMA: DE LOS DII MANES A LA APOTHEOSIS IMPERIAL: EL TRATAMIENTO DE LA MUERTE EN ROMA


La muerte en todas las culturas tiene un concepto diferente, aunque la idea final que se tenga acerca de ese pensamiento provenga de diversas culturas, como lo fue en el caso de Roma, se conserva una misma idea sobre el alma del difunto y su trascendencia a otro lugar. En el imperio Romano algunas costumbres se modificaron debido a la diversidad de pueblos que acogía dicho imperio, de este modo se mantenían diferentes ritos funerarios, los cuales variaban según los cambios que se realizaran.

Para los romanos, la muerte era un paso biológico y social de todos los individuos, sin embargo, podría decirse que el pueblo romano tenía un concepto dividido sobre la vida después de ésta. El tránsito hacia “el más allá” era interpretado por cada individuo de acuerdo a sus creencias y condiciones sociales, aunque evidentemente existía un tratamiento, principalmente ritos y costumbres funerarias, acostumbrado en la República y el Imperio.

En los primeros tiempos, cuando la muerte acontecía se hacían ceremonias fúnebres con fines estéticos y para comunicar el status social del difunto, y no precisamente religiosos pues no se sabía que había después de la muerte.
No obstante, debido a la influencia cultural de otras civilizaciones, la sociedad romana fue permeada de complejos rituales, teniendo de este modo cierta similitud con los griegos, esta igualdad se demostraba en los ritos funerarios que se realizaban después del entierro del difunto y los elementos que eran dejados en las tumbas como ofrendas con el fin de ser utilizadas en el más allá por este, dichos rituales a lo largo del tiempo se establecieron como propios.

Cuando empezaron a creer en una vida después de la muerte, fue necesaria una protección de los dioses o un complejo ritual de purificación para evitar angustias y garantizar un descanso pacifico al individuo en el otro mundo. En este sentido, surgieron fuerzas relacionadas con la muerte, con la protección de los difuntos, con el control del mundo subterráneo, y rituales más complicados relacionados con la muerte. Los espíritus de los muertos o Dii Manes, la ceremonia de entierro del cadáver y los monumentos funerarios fueron altamente importantes.

De acuerdo a la clase social y económica, se construían diferentes tumbas y se practicaban diferentes rituales. En general, las tumbas se ubicaban a orillas de las calles a la salida de las ciudades, para que los muertos estuvieran cerca de los vivos, y para ser contempladas y admiradas por todo el mundo. Si la tumba era de alguna persona de clase alta, entonces se ubicaban en las vías más importantes y eran monumentales, en forma de templo, de torre o de casa. Dentro de ésta, podía haber una urna con las cenizas o un sarcófago con el cuerpo, adornados con diseños en bajo relieve con imágenes mitológicas o de la vida cotidiana del difunto, en metales preciosos o en mármol. La clase media, usaba comúnmente Columbarium generalmente tallados en la roca, o subterráneos, donde las urnas eran colocadas en nichos, emplazados en la pared, muy semejantes a los encontrados en un palomar.

Finalmente, la clase más baja era llevada a fosas comunes donde eran incinerados posteriormente.

Revelando de este modo la estratificación social que se vivía en dicha época, se pueden encontrar grandes tumbas como las de Cecilia Metelo, esposa de Craso, el mausoleo de Augusto o el de Adriano, siendo estas las principales a comparación de las tumbas de personas pobres, las cuales eran demasiado rusticas en el caso de los Columbarium, nombrado anteriormente.




En cuanto a los rituales o ceremonias funerarias, enterraban las pertenencias personales del difunto y se les abastecía de bebida y comida. Así mismo, al día siguiente y en su aniversario de defunción, la familia celebraba un banquete en memoria del difunto. En el entierro, los miembros de la clase media alta y los más ricos llevaban a sus esclavos, quienes tocaban flautas, trompas y trompetas, portadores de antorchas, plañideras profesionales, bailarines y mimos. Al lado de la tumba se debía incinerar el cadáver en un ataúd que contenía los objetos favoritos del difunto. Familiares y amigos le abrían y cerraban los ojos por última vez, le daban un beso de despedida y finalmente encendían la pira, adornada con flores y perfumes. Al final, se recogían las cenizas los huesos y se introducían en la urna. Se solía visitar periódicamente las tumbas llevando flores y manjares. En cuanto al tipo de entierro, al principio, era común la inhumación en la necrópolis, pero ésta fue reemplazada por la incineración en el primer y segundo siglo del Imperio dicha practica funeraria era realizada a las afueras del casco urbano, para evitar cualquier accidente dentro de la ciudad, posteriormente se retomo la inhumación cuando había más población cristiana. La mayoría de tumbas tenían un monumento funerario, como una estatua, una lápida o un pedestal con inscripciones y epitafios descriptivos, artísticos e incluso humorísticos.

Ahora bien, si se trataba del entierro del emperador, se llevaba a cabo una ceremonia de deificación presidida por su sucesor, en el Campo de Marte, conocida como apotheosis. En ésta fastuosa ceremonia, descrita por Herodiano, los materiales más costosos, enormes construcciones, la mayor cantidad de gente ilustre, el más profundo respeto, y actuaciones preparadas cargadas de simbolismos, eran llevados a cabo durante siete días.

La muerte era asociada con la contaminación material y espiritual, por ende los pobres y esclavos que no podían ser inhumados de forma muy humilde, eran llevados por los necróforos a fosas comunes a las afueras de la ciudad. Para dignificar un poco los entierros de los pobres, existían los collegia que eran asociaciones que reunían un fondo común que aseguraba ritos funerarios decentes y generalmente un lugar en un columbarium. Otras veces, los emperadores lo hacían como “política de Estado”.

En cuanto a creencias de ultratumba, los romanos creían que en el más allá los malos eran eternamente torturados y los buenos vivían felices por siempre. Sin embargo, existían romanos que no creían en ningún tipo de vida después de la muerte, y por tanto no le temían; ellos eran unos escasos seguidores de escuelas filosóficas como la de los estoicos y los epicúreos. El escepticismo por el “Más Allá” era respaldado por un análisis racional de la muerte como un fenómeno natural al que no se debe temer, y en el cual cuerpo y alma se extinguen al tiempo. Posteriormente, el cristianismo y su plan colectivo de salvación para alcanzar la vida eterna, se opuso a esta serie de doctrinas, y provocó airados debates.

Podemos concluir que, salvo algunos documentos que nos muestran algunas ideas sobre la muerte (véase la tabla sagrada número X), no había un pensamiento colectivo sobre la muerte. Por el contrario, la abundancia de ritos funerarios representaba la diversidad de concepciones de todo tipo que pretendían reducir, o al menos apaciguar, la angustia que se anticipa al momento de la muerte.

La exitosa liberación del alma dependía completamente de la exitosa consumación de ritos complejos y supersticiosos, que aunque todavía hay muchos que perduran hasta nuestra época, se modificaron por la incorporación del cristianismo, e ideas como la resurrección, a finales del Imperio.

Ademas debido a los descubrimientos realizados por los investigadores en las diferentes tumbas romanas, se puede apreciar el concepto que estos tenían sobre la muerte y la importancia que le daban, así no creyeran mucho en una vida del más allá, a comparación de los griegos, pero que tal vez por estar tan influenciados por las diversas culturas, y por la influencia del cristianismo adoptaron los ritos que se practicaban en ese entonces, permitiendo muchas veces comprender la sociedad romana, debido a los elementos encontrados en estos lugares.

1 comentario:

Estudiantes de teología dijo...

Buen artículo.
Verá; estoy tratando e hacer un ensayo sobre el concepto de la muerte y del más allá en los pueblos de la antigüedad que tuvieron algo que ver con el pueblo hebreo y la verdad es que no encuentro mucha información. ¿Podría recomendarme buena bibliografía o direcciones de internet que traten el tema?
Le doy las gracias de antemano.